jueves, 30 de octubre de 2014

ASÍ NO, RAJOY; ASÍ NO, SÁNCHEZ… ASÍ, NO.

                        Evidentemente, así no se resuelven los problemas de corrupción política en España, ni el hartazgo ciudadano, ni la recuperación de su confianza en los representantes políticos. Así, no. Me refiero al bochornoso espectáculo que han protagonizado en el Congreso de los Diputados el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el Jefe de la Oposición, Pedro Sánchez, con la estimable colaboración de algunos otros portavoces políticos. Todos ellos siguen sin enterarse que ni vale el “y tú más”, ni vale el tirar mierda a la cara del contrario cuando la tuya también está llena, ni vale adjudicar la corrupción a una sola dirección cuando la gente sabe perfectamente que está por todas partes. Por eso no vale el citado espectáculo; y por eso es bochornoso. Mientras Sánchez acusa a Rajoy de estar “asediado por la corrupción” y le pide comparecer en el Congreso, Rajoy le reprocha a Sánchez que no haya tomado medidas en Andalucía e incluso le  pregunta si es que Susana Díaz no le deja hacerlo. Aplausos enfervorizados en las respectivas bancadas del Hemiciclo por parte de los respectivos diputados tras los “ingeniosos” discursos de sus jefes de fila. Seguramente, sólo a ellos y poco más, satisface tan lamentables estrategias. El resto de los ciudadanos, consternados por tanta inmundicia repartida entre unos y otros, mientras los populistas radicales, que jamás gobernaron y no pudieron trincar todavía, frotándose las manos. Y, por si fuera poco, sale Cayo Lara, portavoz de IU, y tras su filípica, incluso chistosa (“Van a tener que llevarse la sede del PP a la Audiencia Nacional”, aplausos entre los suyos), remata el esperpento con poca originalidad y, emulando a Estanislao Figueras (seguramente debido a su republicanismo manifiesto,) finaliza su discurso con la famosa e histórica frase “Estoy hasta los cojones de todos nosotros” (más aplausos entre los suyos), como si su formación política estuviera limpia de polvo y paja. Fin del esperpento. Y todos a casa, tan contentos. Por lo bien que lo han hecho.
            Y, mientras se desarrollaba la citada mascarada en Las Cortes, el histórico del PSC Nadal era imputado por estafa urbanística, tirando por tierra definitivamente el cínico discurso de su Jefe. Y así sucesivamente. El juez pidiendo decenas de contratos ligados a la corrupción en la Comunidad de Madrid y fuera de ella; Oleguer Pujol, que intentó lavar 470 millones días después de la confesión de su padre, temiendo que acabe la benevolencia del juez y decida su ingreso en prisión, aunque sea cautelar; Granados, que utilizaba todo tipo de estrategias para llevárselo calentito, incluso alquilando locales a su testaferro para las Consejerías y recibiendo bolsas de billetes en las cacerías, pendiente de su declaración ante el juez; oídos sordos ante la declaración de un directivo de una constructora ante notario de las “irregularidades” cometidas; más oídos sordos, ante la denuncia del interventor de un “irregular” convenio de 47 millones en Collado Villalba; la Policía pidiendo más datos a la banca Suiza sobre Trías, encargando la investigación al Servicio de Blanqueo del Banco de España… y suma y sigue. Incluso cinco distribuidoras y 200 farmacias se están investigando por una supuesta red delictiva consistente en sacar fármacos de ellas a precios baratos para venderlos en el extranjero, en definitiva, medicamentos ilegales que aportan hasta un beneficio del 800%. ¡Cómo para soportar además el esperpéntico espectáculo del Congreso! Sin un acuerdo entre todos para poner fin a este desmadre, sin una propuesta concreta, sin una iniciativa creíble y convincente. Demagogia, y más demagogia, mientras algunos, demasiados, se forran a costa de tanta incompetencia e irresponsabilidad. Esta es la triste realidad.
            Bueno, dirán algunos, la triste realidad puede aún ser peor. Como en Cataluña, donde a todo este merder hay que añadir el simulacro del 9-N. Mas obliga a medios de comunicación privados (televisiones y radios) a emitir anuncios y la Generalitat se ampara en una ley ideada para defender el “interés público” con lo que Trías arranca su campaña con el eslogan “todo el mundo a votar”. Pero ¿no era una iniciativa ciudadana espontánea? Bueno, si no se entiende que el “interés ciudadano” es garantizar que nadie les robe (ya no España, como decían sino dirigentes catalanes nacionalistas) y que la prioridad es salir de la crisis, que en Cataluña es descomunal, para generar empleo y recuperar el Estado del Bienestar, si no se entiende esto, cualquier ley puede servir para cualquier cosa. Mejor dicho, para cualquier mascarada. Es más, la citada ley del “interés público” bien pudiera denominarse y convertirse en ley de “interés independentista”, al menos sería mucho más creíble dentro y fuera de Cataluña, dentro y fuera de España.
           Y, mientras la Reserva Federal de EEUU pone fin a varios años de estímulos económicos, en España, con idéntico argumento que el utilizado por uno de los presidentes estadounidenses en Guantánamo, un tribunal militar recurre a la “doctrina Bush” para revocar el procesamiento de tres militares españoles por un presunto delito de torturas contra dos prisioneros en Irak en 2004 porque los convenios de Ginebra no protegen a “terroristas”. ¿Qué les parece el asunto?

                                               Jorge Cremades Sena

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