jueves, 16 de octubre de 2014

¿RECESIÓN EN LA UE? LO QUE NOS FALTABA

                        Que las cosas no andan bien en Europa, ya lo sabemos. Desde que llegó la crisis apenas levantamos cabeza y, cuando parecía que en España se comenzaba a enderezar el rumbo, dejando de ser una de las mayores preocupaciones de la UE, dos asuntos nos atenazan de nuevo. Se trata del estancamiento económico en la zona euro y de la aparición del ébola en el mundo desarrollado que, obviamente, inciden muy negativamente en nuestra economía, basada en las exportaciones y en los servicios, como el sector del turismo. El último sobresalto ha sido la caída del Ibex que pierde un 3´59% y se sitúa por debajo de los 10.000 puntos, perdiendo todo lo ganado durante el año. Cierto que no sólo España ha sufrido el batacazo, pues el temor a otra recesión en Europa hunde al resto de las Bolsas y, aunque los expertos crean que la inestabilidad de los mercados es pasajera, un incierto futuro se vislumbra en el horizonte. En definitiva, la alarma por la economía acelera los cambios de política en Europa, poniendo en evidencia el escaso margen que tienen los respectivos gobiernos en los distintos Estados para poner en práctica sus proyectos ideológicos diferenciadores que son de alguna forma fagocitados por la voracidad de la globalización y abocados a un pragmatismo muchas veces intolerable. Las nuevas dudas sobre Grecia, que no levanta cabeza, la acentuación de reformas liberales en Francia a manos de un gobierno socialista, la reducción de impuestos a las empresas en Italia, por otro gobierno socialista, y la ralentización de Alemania, que ya provoca desencuentros en la coalición gubernamental, diseñada entre la derecha y los socialdemócratas para dar estabilidad al gobierno y cerrar el paso a las aventuras populistas extremas de cualquier signo, es el peor de los escenarios para generar ilusión de cara al futuro de la UE, sobre todo por esos malos datos de Alemania que, durante la crisis, ha sido el indiscutible motor europeo.
Y por si lo anterior no fuera suficiente, aparece el ébola en Europa y en EEUU, desplomando el negocio turístico, especialmente en el gigante americano, donde una segunda víctima por contagio en el hospital (ya no es un accidente casual) viajó en un vuelo junto a otros 132 pasajeros que están siendo buscados para ser tratados y despejar la incertidumbre del posible contagio. En España, la buena noticia es que Teresa evoluciona satisfactoriamente y en su primera conversación telefónica dice a su marido que “volvería a tratar a gente con ébola”, nuestro mayor deseo es que todo le vaya bien. Entretanto el Ejército español instruye a civiles contra la enfermedad pues seis equipos de instructores militares formarán a profesionales sanitarios sobre el uso de los trajes protectores y de los protocolos. Cualquier precaución y prevención es poca ante este desconocido y cruel enemigo cual es el virus del ébola.
Como ya es habitual en esta crónica de noticias, no podía faltar el asunto soberanista. En el primer pleno del Parlament tras la ruptura del bloque independentista, los líderes de ICV, ERC y CUP recriminan a su hasta ahora socio, Artur Mas, por haber optado por un sucedáneo, mientras los líderes de la oposición le instan a que abandone el desgobierno catalán lo antes posible. Es la evidencia de la soledad del president ante su absurda mascarada del 9-N, en que, al parecer, la Generalitat permitirá votar hasta 15 días después de la fecha (¿y por qué no “sine díe” hasta que los resultados satisfagan al president?). Entretanto se conoce que Mas rechazó un futuro pacto con el socialista Iceta, días antes de convocar el 9-N (el referéndum totalitario, ahora abandonado por imperativo legal), asegurándole al líder del PSC que “no estaba en condiciones” de llegar a ningún acuerdo. Y, digo yo, cuando un gobernante no está en condiciones para llegar a acuerdos (distinto es que no quiera llegar a ellos), lo procedente es abandonar su cargo… ¿no es lo que debiera haber hecho Mas hace tiempo? Ahora Iceta sigue manteniendo contactos con Durán Lleida, que intenta evitar las plebiscitarias. Y, digo yo, ¿pero qué hace Durán vendiendo siempre la misma burra mientras sigue “in eternis” en el mismo carro? Aunque fuera lamentable, en caso de que, oficialmente o no, se llegara a dar categoría de plebiscito a unos comicios autonómicos, no pasa nada. Con todo el riesgo que se quiera, sería la constatación definitiva de lo que realmente quieren los catalanes que, en ese caso y conociendo el percal, sabrían a lo que están jugando los promotores de las mismas y tienen todo el derecho a equivocarse. ¿Acaso no se equivocaron en su día los alemanes, eso sí, dentro de la legalidad, apoyando mayoritariamente al partido nacional socialista de Hitler? En este caso, al ser ilegal la elección, nadie tendría la excusa de apelar después a un desconocimiento previo de las carencias democráticas del evento y la calaña política de sus promotores, lo que, lamentablemente, los alemanes constataron “a posteriori”.
            Tampoco puede faltar el capítulo sobre los jetas, quienes, en caso de arrepentimiento, podrán devolver lo que inmoralmente gastaron con las dichosas tarjetas, pues Economía abre una cuenta para el ingreso de sus pagos fraudulentos. Curiosamente el ejecutivo que más gastó se presenta como víctima, se trata de Sánchez Barcoj que asegura a la Audiencia, con toda su cara dura: “Devuelvo lo que considero que no debo”, es decir, justo lo que la inmensa mayoría considera no sólo lo que debe devolver, sino también, por lo que debiera pagar los correspondientes intereses y, en caso que así lo decidan los jueces, asumir las responsabilidades añadidas por tamaña indecencia. No sólo él, sino también el resto de jetas de las tarjetas, y, en primer lugar Blesa, que, según Barcoj, era quien las controlaba.
            En cuanto a otros asuntos, Rosa Díez fulmina a Sosa Wagner como líder de UPyD en Europa, al sustituirlo como portavoz en la Eurocámara        por la eurodiputada
Maite Pagazaurtundúa. Por otra parte Facebook y Appel animan una controversia sobre un delicado asunto, ya que pagarán el tratamiento a sus empleadas que lo soliciten, una especie de incentivo laboral inédito, para que congelen sus óvulos y así poder compatibilizar su vida laboral con la maternidad; eso sí, esta última para Dios sabe cuándo. Tengo la sensación de que nos estamos volviendo majaretas.
            Típica de majaretas es la bronca que el futbolista Piqué, que ya ha pedido disculpas, ha montado con los guardias urbanos de Barcelona, a quienes, tras una multa, les ha dicho de todo menos bonicos, comenzando por achacarles que al ser famoso le tienen “envidia” (no sabía yo que únicamente los no famosos son quienes han de pagar las multas de tráfico).  Y es que hay cada chulo que ni te lo imaginas. Bueno, chulos y medio trastornados, como la guardia civil que en 2010 tiroteó a una gasolinera, hiriendo gravemente a una persona, pues resulta que se enajenó por un curso anti-ETA y, por tanto, veía etarras por todas partes. Los hay que, como mínimo, han equivocado de arriba abajo su vocación laboral. En fin, cosas que pasan.
            Quienes no andan errados en su vocación son el periodista mexicano Jorge Zepeda y Pilar Eyre, ganador y finalista del Premio Planeta respectivamente. Una novela negra sobre corrupción, en este caso sobre la mafia ucraniana en Marbella, es la trama de la novela triunfadora. Si llega a elegir como argumento la corrupción española en España, el mejicano se hubiera visto obligado a escribir una enciclopedia de varios tomos en vez de una novela. En fin, enhorabuena a Zepeda y Eyre, que también se lo merece.

                                               Jorge Cremades Sena

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