martes, 6 de enero de 2015

POR FIN SE CREA EMPLEO

                        No era casualidad, no era el espejismo de una esporádica coyuntura, no era flor de un día y, por fin, el año 2014 nos deja un balance positivo en cuanto al empleo se refiere. Por más que las cifras de desempleo en España sigan siento insoportables (por lo que el objetivo prioritario de cualquier gobernante debe seguir siendo la creación de puestos de trabajo) los 417.574 empleos creados el pasado año suponen, sin lugar a dudas, no sólo un alivio personal para los nuevos ocupados, sino una esperanza para el conjunto de los ciudadanos que, por fin, vislumbran que es posible cambiar la tendencia de la inevitable destrucción de puestos de trabajo en los últimos años. La mayor preocupación ciudadana sin lugar a dudas. Por fin España rompió su peor racha, gracias, una vez más, a los servicios y a la construcción, motores indiscutibles de la reducción del paro. Por primera vez, nada menos que desde 2007, España crea empleo y provoca la mayor caída del angustioso paro en 16 años que parecían interminables, al bajar el número de desempleados en 253.627 personas, situándolo aún en la terrorífica cifra de 4.447.711 parados. Por su parte la Seguridad Social cerró diciembre con un aumento histórico de 79.463 afiliados. Estas son las cifras; cifras todas buenas a excepción de la cifra total de parados que, comparada a las de los últimos años y valorada con dicha perspectiva, aunque siga siendo mala, pudiera despojársele del calificativo de pésima en términos relativos. Cuestión distinta es la valoración que hagan unos u otros con clara intencionalidad política y su peculiar interpretación que le den para magnificar o minimizar las cifras. No es lo mismo, por ejemplo, decir que los contratos fijos son menos del 8% del total o que los contratos indefinidos crecen un 19%, dos realidades aparentemente contrapuestas, dentro de una realidad mayor indiscutible como es que jamás se volverá a la añorada situación anterior a la crisis. Esta es la triste realidad aunque no sólo en España sino en el resto de países de la UE. Al final la diferencia interpretativa de los datos, desde un optimismo o un pesimismo intencionado, consiste en decir “más y mejor empleo” o “más y peor empleo” por lo que el “más”, por fin, es indiscutible, por más que deprima a algunos y por más que ponga eufóricos a otros. Ni tanto, ni tan clavo; todo en su justa medida. Esta es la realidad al inicio de este año tan electoral, en el que Rajoy ha decidido agotar su agenda legislativa, renunciando a la reforma electoral y a otras iniciativas relevantes para centrarse en aquellas que están ya en trámite parlamentario.
            Entretanto el fiscal reclama más datos sobre las finanzas de los partidos, pues Olayo González Soler, fiscal jefe del Tribunal de Cuentas, se ratifica en su informe sobre irregularidades, aunque aún lo considera como provisional, según el cual, también aparece Podemos por ocultar el origen de 50.000 euros en donaciones para las europeas, su primera campaña cuando ni siquiera se había constituido como partido político (de ser así, buen estreno, sin lugar a dudas). Seguramente poco ha de importarle estas cuestiones a Oriol Pujol, que cobró hasta por poner en contacto a empresarios con Mas y que ha sido citado a declarar el día 12 al estimar la jueza que cometió delitos continuados de cohecho y falsedad.
            Y, hablando de Mas, tras el nuevo fracaso de su nueva y última reunión con Junqueras, anda meditando ya sobre listas separadas sin llegar a ningún acuerdo sobre adelanto electoral. Es el esencial asunto y preocupación de los independentistas… lo demás puede esperar. No en vano el barcelonés Josep Palouzié, teniente reservista de Infantería de Marina, dice tajante que “ser español y militar en Cataluña cuesta” (¡si lo sabrá él!), mientras el Ministro de Defensa aclara que “el soberanismo irrita igual a un militar que a cualquier español” y critica que los ciudadanos no tengan la conciencia de que “la seguridad es un elemento básico de las obligaciones del Estado”.
            En cuanto a otros asuntos el CGPJ cree inconstitucional la intervención de teléfonos sin orden judicial; el torero Ortega Cano sale de la cárcel de Zuera para disfrutar de seis días de permiso tras casi nueve meses de reclusión; y la Policía, como no podía ser menos, investiga el grupo de WhatsApp que promueve la anorexia.
            Y en el exterior, mientras Alemania sufre una ola de manifestaciones contra el Islam, que está dividiendo a la sociedad alemana, el riesgo de que Grecia, tal como insinúa Merkel, deje el euro, hunde las Bolsas, en tanto que Bruselas defiende la pertenencia griega a la eurozona como respuesta a las advertencias de Berlín. Por su parte Rena Dourou, gobernadora de la región de Atenas y dirigente de Syriza, dice que “amenazar a Grecia no lleva a ninguna parte”. Cierto; lo discutible, al menos, es si advertir de los riesgos de un gobierno eurófobo es una amenaza, pues parece que quien realmente amenaza es quien propone incumplir los compromisos adquiridos. Menos mal que Tsipras, como bien lo sabe, en su campaña electoral está reculando a marchas forzadas, suavizando en la medida que puede sus agresivas propuestas iniciales. Como debe ser, los griegos tendrán la última palabra y, obviamente, apechugarán con las consecuencias… ¿O no? Espero que semejante obviedad no sea considerada una amenaza a Grecia.
            En cuanto a temas deportivos se refiere la presumible crisis del Barça ya es un hecho constatable. Bartomeu intenta taparla o zanjarla con el despido fulminante de Zubizarreta, mientras que Pujol también se marcha, despidiéndose del club con un tuit, y Messi, por bajini, critica el autoritarismo de Luis Enrique. Las malas lenguas dicen que la sombra de Laporta, el independentista, es alargada. Al tiempo.

                                   Jorge Cremades Sena

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